Si tienes que marcharte
vete yendo sin prisa
con un adios que dure
mejor toda la vida
deja la puerta abierta
por si olvidases algo
y tuvieras que volverte
muy pronto a buscarlo.
Si tienes que marcharte
no tengas mucha prisa
demórate en los ritos
de nuestra despedida
si notas que hace frío
cuando al fin te marches
regresa a nuestro lecho
tal vez mañana escape.
Sería conveniente
que mientras sigas esperando
el ascensor y el taxi
tardasen muchos años
para tener yo tiempo
para abrazarte un poco
si no es por el presente
por aquellos sueños locos.