El misterio que existia
en la celda 27
fue un alacran ponsoñoso,
que a los presos daba muerte.
Era el terror de la celda
ese maldito alacran,
porque el preso que ahi encerraran
muerto habian de sacar.
El gobierno de Durango
el indulto prometia
al preso que ahi encerraran
amaneciera con vida.
A la carcel llega un nombre
por el año del 80
y pidio que lo encerraran
en esa maldita celda.
Pedro Rojas era el hombre
al que le toco su turno
entrar a la 27
para pagar sus delitos.
Pidio que le concedieran
un cerillo y una vela
para alumbrarse poquito
en esa maldita cela.
Cerca de la media noche
vio el alacran traicionero
aprovechando el momento
lo tapo con su sombrero.
Cuando llego el carcelero
para sacar el difunto
Pedro le dice sonriendo
yo ya me gane el indulto