Veo a través de tus ojos cerrados:
hambre de mi, parte de tu pecado.
Abrázame si estás anestesiada
y no querés pensar porque pensar te hace mal.
Si la desgracia y la suerte
sólo esconden el miedo a la muerte
¿Cómo vivir con tanto ruido alrededor
si ya no escuchas tu voz?
Abrázame, no quiero pensar,
para escapar de la realidad,
para olvidarte de la gente y ser feliz.
Y me entrego a tu pecado
para poder seguir volado.
Y en tu esplendor ya no hay culpa, ni castigo, ni dios;
ya no soy dueño de mí.
Abrázame, no quiero pensar…
Despiértame, no quiero pensar…
Veo a través de tus ojos dorados:
hambre de mi, parte de tu pecado.
Abrázame si estas anestesiada
no querés pensar porque pensar te hace mal. .