Una habanera cobarde,
medio lleno el vaso,
mar adentro.
Ha muerto el rock and roll
y yo me quedo quieto
en mi cuadrado no pintado.
Soy víctima de acordes,
por momentos,
ruido incomprendido.
Pasando esta aduana mis maletas,
equipaje sin sentido.
Yo herido.
Al otro lado de la barra,
tu cintura es enemiga,
no quieras que te ponga
todas las olas del mar a tu medida.
No es de día.
Soy el viento,
soy la hoguera que busca el invierno
nevando en los lavabos.
Son canciones
las que quieren que te bese pronto,
y tarde pase algo.
No, es sólo una tarde de verano.
Ahora que menos naúfrago,
recuerdo mis pies en la orilla.
Ahora que rompen olas,
que peleo con gaviotas enemigas...
...me gritan...
Que el verde que me fumo,
con el tiempo,
será arena cargada de pisadas
que vuelvan al mar.
Que canten las sirenas,
que no quiero a lo lejos tierra cerca.
Soy tormenta,
soy botella a la deriva
llena de sol en la garganta.
Soy corriente de mar,
soy un faro apagado.
Un soldado con guitarra.
No, es sólo una tarde de verano.
Es sólo...
He venido para quedarme.