En el año mil seiscientos veintisiete
en tiempos crueles de la santa inquisición
unos sacerdotes infames condenaron
a muerte a una mujer por amor.
En la hoguera se oye un grito
una amenaza que se vuelve una venganza
una promesa entre fuego y dolor
poco a poco va cayendo el cuerpo al fuego
calcinado, condenado a morir así en el nombre de Dios.
Es un alma en pena que va arrastrando cadenas
que condenas, es un grito de amor.
Es un alma en pena que va arrastrando cadenas
que condenas, por las noches entre llantos
entre quejas.
Todo el pueblo entero escucha lo que hacen
lunas muchas hace mas de cuatro siglos paso.
Se oyen voces, ruidos, pasos, risas
cantos, gritos, quejas de alguien que murió por amor.
Entre llantos y entre suspiros de alguien
que arrastra herido por el suelo un dolor.
Un alma buena enamorada. Un alma en pena ilusionada
busca todo encuentra nada y quiere lo que dejo
y por las noches viene va, habla, ríe, baila, canta
llora grita ama y canta busca lo que perdió
por amor oh, por amor.
Es un alma en pena que va arrastrando cadenas
que condenas, es un grito es un llanto.
Es un alma en pena que va arrastrando cadenas
que condenas, por las noches entre llantos
entre quejas.
Todo el pueblo entero escucha lo que hacen
lunas muchas hace mas de cuatro siglos paso
Es un alma en pena que va arrastrando cadenas, que condenas…
Es un alma, Es un alma en pena que va arrastrando cadenas,
que condenas…
Es un alma, es un alma, es un alma, es un alma buena
Es un alma en pena que va arrastrando cadenas que condenas
Eso en el año mil seiscientos veintisiete sucedió, hay hay hay hay.
Es un alma en pena que va arrastrando cadenas que condenas,
Por las noches se oyen llantos por el pueblo
Es un alma en pena que va arrastrando cadenas que condenas
Que condenas…
Y aun escucha la gente del pueblo el grito aquel:
muerte cruel por amor… oh oh oh.