Llanto de un niño al crecer y perder la fe.
Los juegos caerán en el ayer,
palabras odiadas te gritan qué hacer,
robaron tus sueños, mataron tu voz.
Jamás volverá a sonreír.
Ya no puede nada este dios traidor hacer,
ya no soy digno de su mirada.
¿Dónde rompieron tus alas?
¿Quién apagó tu luz?
Quizás mañana amanezca un nuevo día
y puedas vivir en él
Días extraños bajo un mismo sol.
No hay tiempo ni vida, sólo dolor.
Almas dormidas aguardan sin fe
la llegada de un triste final.
La sangre no tiene valor para ti.
Tu alma hace tiempo que te abandonó,
lucha sin rey, muere sin razón.
Lágrimas rotas de soledad,
que fue tu compañera fiel.