Cuantas veces fue mejor el cielo del final
el deseo de perderme en la oscuridad
fue más fácil destruirme que fortalecer
las envidias siempre nos acechan a flor de piel
y en la oscuridad es uno siempre el as de la luz
uno carga sus errores y su cruz
llevo siempre agradecido lo que Dios me da
aunque mil veces dudé si estaba cerca o no
tiempo sobre tiempo borra huellas del dolor
sueños, karmas, duelos, santos símbolos de amor
lleva mi alma el fuego eterno de la libertad
en su brillo fiel renace, como el sol y el mar
los fantasmas ciegos que anduvieron por ahí
han llegado sin gloria (o victorias) a su fin
hoy no quiero más rencores, no,
sólo quiero estar en mí.