En la morada de una vieja
maullaba un animal
no era hurón ni comadreja,
era un gato de gran fealdad
Ya no persigue ratones
ni tiene aventuras por los rincones
ya no sale de paseo
ni se escucha su suave ronroneo
de su siesta sigilosa
ahora es una cosa sarnosa.
El animal ya no tiene pelo
le falta un ojo y media pata
es un pobre vejezuelo
que ya ni atrapa ratas.
Pero su rasgo más notable
se trató de un felino combate,
entre saltos y cabriolas,
el desdichado acabó sin cola
Es la sombra de lo que fue
de lo que ya no es ni será
todo su valor que admiré
sólo el recuerdo vivo está.
Su pellejo es pura sarna,
su ojo ya no ve,
lo que era su sedosa piel,
y su vista nocturna fue.
Sus bellos ojos azules,
tan tersos como tules.
su hermosa cola anillada,
que pena que ya no tenga nada.
Hace años perdió su valentía,
si se asusta se esconde con cobardía,
pero en sus años de juventud,