Madre, me voy a la isla, no se contra quién pelear;
tal vez luche o me resista, o tal vez me muera allá.
Creo que hace mucho frío por allá;
hay más miedos como el mío en la ciudad.
Qué haré con el uniforme cuando empiece a pelear,
con el casco y con las botas, ni siquiera sé marchar.
No hay mal que no venga al Hombre, no hay un Dios a quien orar
no hay hermanos ni soldados, ya no hay jueces ni jurados,
sólo hay una guerra más.
Desde que llegué a la isla no tengo con quién hablar.
Somos miles los unidos por la misma soledad.
Creo que hace mucho frío por acá;
hay más miedos como el mío en la ciudad.
Ya se escuchan los disparos entre muerte y libertad,
cae mi cuerpo agujereado, ya no podré cantar más.
Hizo demasiado frío por acá;
hay más miedos como el mío en la ciudad.
No hay mal que no venga al Hombre, no hay un Dios a quien orar,
no hay hermanos ni soldados, ya no hay jueces ni jurados,
sólo hay una guerra más...
y cada vez hay menos paz.