Una violencia natural
entre la dura y la madura,
vuelve más guapa que ninguna
con una idea original.
La señorita libertad
enamorando a las hambrunas,
su rebeldía en una cuna
la leche quiere derramar.
Es hora de salir de la conciencia
ser aire en el desastre mundanal,
que vuelvan los dragones a volar
para quemar la histórica indecencia.
Los muertos que trajo sin ver la ciencia
el suelo seco del confort social,
la bomba oculta en la vida normal
el miedo en medio de todas las fiestas.
Desde la risa elemental
se robustece la figura
de los santos de la locura,
el animita terrenal.
Canciones para no llorar,
lecciones para la bravura,
que rima con total ternura
cuando es la hora del final.
Es hora de salir de la conciencia,
ser árbol de calleja suburbial,
que nazcan los niños para soñar
la vida sin cabrón ni penitencia.
Que dejemos la risa como herencia,
las ganas como hazaña cerebral,
que vuelva el corazón del animal
para sacar del alma esta violencia.
De la visión de lo normal
sube la mar hasta la luna,
el día empieza como tuna
el niño es hijo universal.
Mejor cambiemos de modal
mostremos todas las censuras,
más abajo de la cintura
Cristo se quiere celebrar
de la semilla semental
ya no cabe ninguna duda,
que si la muerte está segura
la vida quiere vivir más.
Que la trancante sociedad
que cree que todo perdura
la mariposa era cuncuna,
al vuelo se deja volar.
Es hora de salir de la conciencia,
ser aire en el desastre mundanal,
que salgan los dragones a volar
para quemar la histórica indecencia.
Los muertos que trajo sin ver la ciencia,
el suelo seco del confort social,
la bomba oculta en la vida normal,
el miedo en medio de todas las fiestas.
Es hora de salir de la conciencia
ser árbol de calleja suburbial,
que nazcan los niños para soñar
la vida sin cabrón ni penitencia.
Que dejemos la risa como herencia
las ganas como hazaña cerebral,
que vuelva el corazón del animal
para sacar del alma esta violencia..