Do Sol Caminando iba Juan Diego Do por el cerrito del Tepeyac Fa Do cuando oyó que lo llamaban Sol Do Do7 con un canto celestial. Fa Do Cuando oyó que le decían: Sol Do “Juanito, Juan Diego, ven para acá”. Muy contento fue subiendo hasta la cumbre para poder llegar para ver ahí sonriente a la Virgen del Tepeyac que con su gracia y belleza lo llamaba una vez más. “Juanito, el más pequeñito, hijito, a dónde tu vas” Voy Señora y Niña mía a Tlatilolco a orar, a recibir la enseñanza que de Dios allí me dan. “Sábete y ten entendido, tú el más pequeño de mis hijos, que yo soy la siempre Virgen Santa María Madre de Dios y que quiero aquí un Santuario para en él, darles mi amor. Ve la palacio del obispo y le dirás que yo te envío para que un templo me construya en el cerrito del Tepeyac”. Así lo haré Niña mía, cumpliré tu voluntad. Señora, Reina del Cielo, Niña mía, aquí estoy ya. El obispo no me entiende, mejor manda a alguien más. Yo soy un pobre hombrecillo que tu mensaje no sabe dar. “Sábete y ten entendido, tú el más pequeño de mis hijos que yo quiero que seas tú el que al obispo ha di informar que María de Guadalupe en México quiere morar”. No te aflijas mi Señora, no te cause yo dolor, tu mandato yo lo llevo con agrado y con amor, aunque sea rechazado por el prelado del Señor. Mi Niña, Señora Mía, pequeñita, aquí estoy. El obispo me ha pedido que le des una señal. “No te apures hijo mío mañana se la he de dar”. “Sube hijo mío, el más pequeño, hasta la cumbre del Tepeyac y recoge allí las flores que en tu tilma llevarás. Este será mi regalo que al obispo entregarás”. Padre bueno aquí te traigo la señal de la Madre de Dios para que así tú no dudes de lo que ella te pidió. Mira, te manda estas flores como prueba de su amor. Virgen Santa, Inmaculada es tu imagen la que apareció. En la entrega de las rosas Tú nos das tu corazón. Desde hoy serás por siempre Patrona de esta Nación. Gracias a Ti, Madre Nuestra, Reina del Cielo y Madre de Dios, gracias por darnos tu imagen, gracias por darnos tu amor. Tus hijos, los mexicanos, hoy imploramos tu bendición. Dinos cómo, Madre Nuestra, convertir la fe en amor para vivir tu esperanza y tus anhelos con fervor. Ante tu altar hoy pedimos para este pueblo, tu intercesión. Virgen Santa, Inmaculada...