Aunque tú no te des cuenta te has acostumbrado
a vivir y a disfrutar como un niño mimado.
Tu vibrabas, todo estaba
al alcance de tu mano. Oh, oh.
Tu peinado y tus camisas las dejaba locas
y contigo era seguro que iban invitadas.
El dinero no importaba
pues tu mami te lo daba. Oh, oh.
Tu cara mostraba todo el resplandor
de un mundo ficticio lleno de color. Oh, oh, oh.
El dinero no importaba
pues tu mami te lo daba.
Tus vicios en el 80 se han sofisticado,
sosteniendo entre tus dedos flashes apagados.
Hoy te he visto más delgado
con temblores en las manos.
Tu cara no muestra ningún resplandor
de un mundo ficticio lleno de color. Oh, oh. Oh.