Tu eres la vida, la vida dulce,
llena de encantos y lucidez;
tú me sostienes y me conduces
hacia la cumbre de tu altivez.
Tú eres constancia, yo soy paciencia;
tú eres ternura, yo soy piedad
Tú representas la independencia,
yo simbolizo la libertad.
Tú bien lo sabes que estoy enfermo
y en mi semblante claro se ve
que ya de noche casi no duermo,
no duermo nada ¿sabes por qué?
Porque yo sueño cómo te aprecio,
de que a mi lado te he de tener...
Son sueños malos, torpes y necios,
pero, mi vida, ¡qué voy a hacer!
Yo sufro mucho, me duele el alma
y es tan penosa mi situación
que muchas veces, por buscar calma,
llevo mis dedos al diapasón...
De tu desprecio nunca hagas gala
porque, si lo haces, ¡pobre de mí!...
Quereme siempre, no seas tan mala...
Vamos, ingrata, ¡no seas así! .