Bastará con programarme
y yo obedeceré.
Bastará una orden tuya,
juro que funcionaré.
Soy como tu lavaplatos
y ahora haré lo que me pidas.
Podrás hacer que pare
y que vuelva a comenzar.
Podrás darme patadas,
me podrás desenchufar.
Soy como tu ordenador
y ahora haré lo que me pidas.
Igual que tu nuevo humidificador,
sólo haré lo que me pidas.
Pero el día en que el último de ellos
se te vaya a vivir
al País de los Trastos Viejos
y te abandone aquí,
yo sí, yo seguiré sirviéndote
lo que me quede de vida,
lo que me quede de vida..