Me ha dejado un beso y un abrazo.
Me ha enseñado su ciudad por dentro.
Y al final nos ha faltado tiempo.
Para descubrir rincones nuevos.
Y no hemos podido conocernos.
Me ha dejado un número y su nombre.
Anotado en una servilleta.
Un café con hielo y tres cervezas.
Uno para cada y otro a medias.
No me olvides, llama cuando vuelvas.
Ojalá que el destino me vuelva a traer.
Yo prometo llamarte no lo olvidaré.
Que lo tuyo y lo mío me huele muy bien.
Todavía no la he vuelto a ver.
Estuvimos juntos en la fuente.
Esa que si bebes siempre vuelves.
Sé que estaba cerca de una plaza.
Pero no recuerdo bien de donde.
Y la estoy buscando desde entonces.
Me enseñó palabras en su idioma.
Le enseñé unas cuantas yo en el mío.
Nos reímos de las mismas bromas.
"No te marches quédate conmigo,
qué más da Madrid o Barcelona".
Ojalá que el destino me vuelva a traer.
Yo prometo llamarte no lo olvidaré.
Que lo tuyo y lo mío me huele "molt be".
Todavía no la he vuelto a ver.