Ataques de ansiedad,
pinchazos en el pecho
y dificultad al respirar.
Pastillas de PROZAC,
durmiendo en el cajón de la mesilla,
junto al ORFIDAL.
La VALERIANA viene y va,
como las ganas de llorar.
Y empiezas a necesitar
medicamentos para amar.
Denuncia en el juzgado
por incumplimiento de promesas
y contratos malos.
Y prometed amaros,
hasta que la muerte que os separe,
venga de sus manos.
La VALERIANA viene y va...
Aquello no era amor.
Eran las puertas del infierno.
Miedo y celos, dos almas en plena destrucción.
Aquello no era amor.
Permite que, te diga, vieja amiga,
que todo eso que me cuentas no era amor.
Firmaron su final
el día que juraron
respetarse mucho. Y luego mal.
Contarse la verdad.
Los ojos que no ven
le dejan ciego al corazón igual.
La VALERIANA viene y va...
Aquello no era amor...
Ya descansan en paz.
Ella se compró un estudio
por el centro ¡No está mal!
El no está en la ciudad.
Tiene un piso en las afueras,
miedo, y la condicional.
La VALERIANA ya no está.
Se fue a llorar a otro lugar.
Y nunca necesitaremos más
medicamentos para amar.
Medicamentos para amar...