Ella lloró escuchando su canción,
y con su llanto me dictó la música y la letra.
Secó sus lágrimas con mi edredón,
y mi guitarra y yo nos acostamos junto a ella.
Sol, Fa Bemol, Mi menor...,
un par de acordes y se emocionó.
Amelie se enamoró.
Y sí se enamora ella, me enamoro yo.
Llegó a mi vida por casualidad,
aunque ninguno de los dos en ella confiemos.
Hay ciertas cosas que deben pasar.
Qué sabio es el destino,
quiso que nos encontremos.
Amelie, Rodrigo y yo...
Mirala qué astuta la luna, no pide cuentas al Sol.
Y San Lorenzo lloró
como Amelie cuando escuchó su canción.
Diga lo que diga, haga lo que haga,
la malabarista te conquista con miradas.
Porque tiene duende, porque tiene gracia.
Miles de locuras, y la suya la más sana.
Dos gomas para el pelo de color
disimulaban la fragilidad de su cabello.
Cada coleta tiene una razón,
y no hay razón para que viva llena de complejos.
De pronto un día desapareció.
A veces llama y dice: "gordo, a ver cuando nos vemos".
Por mí, mañana. Y hoy por tí, mi amor.
El caso es que al final ninguno de los dos lo hacemos.
Diga lo que diga, haga lo que haga.
la malabarista te conquista con miradas.
Porque tiene duende, porque tiene gracia.
Miles de locuras, y la suya la más sana.
Amelie...