Por el Bravo y su rivera,
cuanto corrido se ha escrito,
por Tamaulipas y Texas,
como hay hombres con delito,
unos trafican la hierba,
otros el polvo maldito.
Voy a contarles un caso,
que en la historia va a quedar,
a un traficante famoso,
lo acaban de liquidar,
lo mató su propio hijo,
sin poderlo remediar.
En el condado de Hidalgo,
pagó todo su delito,
el Gobierno Americano,
mandó sin saber a su hijo,
a que fueran a aprenderlo,
los de la ley eran cinco.
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Llegando al punto preciso,
allí le marcaron el alto,
pero el rendirse no quiso,
y alcanzó a matar a cuatro,
pero al conocer a su hijo,
subió las manos en alto.
No hubo tiempo de pensarlo,
áquel joven disparó,
y cuando iba a rematarlo,
también lo reconoció,
de rodillas y llorando,
perdonáme le gritó.
Que quieres que te perdone,
antes de morir le dijo,
anda a decir a la corte,
que tú no tienes delito,
que el culpable de éste crimen,
ha sido el polvo máldito..