Voy a cantar un corrido,
que traígo prendido,
el fondo del alma.
Es la desgracia de un hombre,
que fué muy mí amigo,
y murió en la barranca.
Era rival en amores,
de un hombre muy macho,
que siempre ganó.
Se disputában la Rosa,
la hembra más linda,
de aquella región.
Se citaron la noche más negra,
y al barranco acudieron,
los dos.
Eran las diez de la noche,
en la vieja capilla,
que está en el panteón.
Cuando sonáron dos tiros,
y un hombre sin vida,
al barranco cayó.
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Hoy han pasado los años,
de aquel viejo amigo,
ya nadie recuerda.
Han adornado la iglesia,
se casa Rosita,
¡estámos de fiesta!.
Sale vestida de blanco,
más linda que nunca,
camino al altar.
Mientas yo sé que en la cárcel.
un hombre muy macho,
se piensa matar.
Yo por eso le canto a la vida,
yo por eso no creo,
en el amor.
Eran las diez de la noche,
en la vieja capilla,
que está en el panteón.
Cuando en la cárcel del pueblo,
sonáron dos tiros,
y un hombre murió.
Autor: José Alfredo Jiménez.