Cuando te echabas años de más,
él fue para ti la libertad
volando a lomos de una Yamaha;
tan peinadito ese figurín,
que no daba de James Dean
pero ni sacando la navaja.
Te llevaba dolorida,
a frenazos y embestidas,
pero era tan guapo
pa‘ lucirse un rato;
bajo el casco no guardaba
nada de lo que esperabas,
y se fue.
Cuando tenías la edad perfecta
te echaste a dormir la siesta
junto a aquel hombre que te entendía,
que se bebió los vientos por ti,
puso en orden tu jardín,
tus ideas, tus orgasmos y también tus días.
Candilillo en casa ajena,
casanova de verbena,
pero era tan guapo
pa‘ engañarse un rato;
ese cuerpo no encendía
la pasión que tú pedías,
y se fue.
Echando ya de menos los treinta,
que tu boca me desmienta,
si hubo varón que te mereciera;
cuidaste tanto tu intimidad
y no faltaría más
que un cantamañanas la rompiera.
No me enseñes la salida,
déjame entrar en tu vida:
quiero ser el guapo
que te quiera un rato largo, largo;
debe haber un rinconcito,
aunque sea chiquitito,
para mí.
No me enseñes la salida
déjame entrar en tu vida
quiero ser tu guapo, pero todo el rato;
debe haber un rinconcito,
aunque sea chiquitito,
para mí..