¡Ay, qué trabajo
me cuesta quererte como te quiero!
Por tu amor me duele el aire,
el corazón
y el sombrero.
¿Quién me compraría a mí
este cintillo que tengo
y esta tristeza de hilo
blanco, para hacer pañuelos?
La mar no tiene naranjas
ni Sevilla tiene amor.
Morena, qué luz de fuego.
Préstame tu quitasol.
Me pondrá la cara verde,
zumo de lima y limón
tus palabras, pececillos,
nadarán alrededor..