Hacia Roma caminan
dos peregrinos,
a que los case el Papa
porque son primos.
Lleva la peregrina
sombrero negro
y el peregrino
de terciopelo.
Al pasar por el arroyo
de la Victoria
tropezó la madrina,
cayó la novia.
Han llegado a Palacio,
suben arriba,
y en la sala del Papa
los examinan.
Ha preguntado el Papa
que qué edad tienen,
ella dice que quince
y él, dieciesiete.
Ha preguntado el Papa
de dónde eran,
ella dice: -De Cabra.
Y él: -De Antequera.
Ha preguntado el Papa
que si han pecado.
-Al pasar el arroyo
le di un abrazo.
Las campanas de Roma
ya repicaron,
porque los peregrinos
ya se casaron.