Caracoles o cabrillas.
Y olé.
Cómo relucen, ay,
cómo relucen, cómo relucen,
por la calle de Alcalá
los autobuses, los autobuses,
cuando suben y bajan sin ver los cruces.
Vámonos, vámonos,
para el pueblo, Asunción,
donde estamos más tranquilos
sin tanta aglomeración.
Ay, luego en el metro,
qué fatiguita,
con un movimiento la bolsa te quitan,
que saben tos
más que la mare que los enseñó.
La que vende maíces tostaos
le volcó a mi mujer en el vestío
toito el aceite y la puso calá,
y a mí el pecho me puso perdío.
Y hasta vi a un tío que le guiñaba,
le dije que era recién casada
y no le guiña más que mi men.
No hay caracoles,
no hay caracoles,
mocito qué se ha creído usté.
Si no tenemos pal coche
nos vamos andando,
y qué vamos a hacer..