Tengo un perro lucero que es mi ruina,
me ha dejao el gallinero con dos gallinas.
Y a la escuela a mis niños los acompañaba
y le hincaba el colmillo a to el que pasaba.
Pero una noche intranquilo pa que no ladrara más,
le endiñé tres cuarto kilo de morcilla envenená.
No siento los dineros que me costaron,
sino el poco veneno que les untaron.
Y a pesar del tormento de su agonía,
su rabito con guasa aún se movía.
No soy un tirano, no soy un gamberro,
que lleva to el verano ladrando el perro.
Yo ya estaba contento y tengo testigos,
pues en todo momento dormí tranquilo.
Y a pesar del tormento que he estao pasando,
mi mujer cuatro perros me está criando.
No soy un tirano, no soy un gamberro,
pero estaré to el año matando perros,
pero estaré to el año matando perros..