(con divisa verde y oro)
Vino a Madrid desde Osuna
para vender dos jamones,
tiene en el cuello verrugas
y en las manos sabañones.
Cuando del tren se ha apeado
y a un mocito le ha llamado,
le ha llamado la atención
los jamones que traía
y al subirse en el tranvía
y a ayudarla se ofreció.
Pidió una navaja
a la pobre Concha
y el tío sinvergüenza
se cortó una loncha.
Jamonera, no te fíes de ese hombre,
ten cuidado,
fíjate con qué intención en tus jamones
se ha fijado.
Con la mirada te engaña, no le prestes atención,
que ese tío te rebaña y hasta el hueso del jamón.
Con sus ojos de carnero viene a hacerte la
pelusa,
y aunque dice el embustero que tiene mucho dinero,
lo que tiene es mucha gusa.
La pobre Concha ha quedado
llena de melancolía,
y aquel gandul se ha zampado
los jamones que traía.
Jamonera pueblerina,
¿ves como eres una prima?
Ya te dije ten cuidao,
te la pueden dar con queso,
fíjate como en los huesos
tus jamones ha dejao. .