En un día de feria
y haciendo churros lo conocí.
Era el torero de los avisos
y a pasar hambre me fui con él.
Estuvo diez años sin dar un golpe
y a los catorce lo pude ver.
La plaza estaba de bote en bote
y él sólo en aquel redondel,
poniendo anuncios sobre la arena
y disfrazado de Licor 43.
Pisa, morena,
písate un callo
que el grito se oiga,
se oiga el grito en Nueva York.
Con un trocito de esparadrapo,
y al otro día
ya pueden darte otro pisotón.
Llegó a ser un torero
como Velázquez y Gregory Peck,
pero en dos años no vio una gorda
pues pa algodones nunca ahorré.
Al dar un lance
salió lanzado,
con la cabeza
dio en la pared.
La muletilla se la encontraron
y en una aldea de Santander,
y de la montera nunca se supo,
creo que la tiene un portugués.
Vuelve a pisar, morena,
pisa descalza que una alpargata,
que unas sandalias te vi a comprar.
Con lo que ahorre esta temporada
lo pasaremos, lo pasaremos
bastante mal. .